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A mí, como a otros, no nos alcanzan las formas comunes de expresión y entonces nos salimos de plano...

26 may 2016

Aprendí


Estos días aprendí algo; algo que contradice muchas frases que a la gente le encanta citar a menudo, concretamente una que dice:
“Nadie merece nuestras lágrimas”.

Lo cierto es que sí que hay personas que se las merecen, porque no hicieron nada, simplemente ser como son. Pero el tiempo te puso en un camino distinto, en uno más largo y cuando por fin llegas, ya no hay mucho que hacer, pero sigue mereciendo la pena. Entonces, las lágrimas, son más dulces y el nudo en el estómago, ese que todos conocemos, te saca una sonrisa; una sonrisa que se mezcla con las lágrimas y las ganas de gritarle al mundo que sí, que te pasó, que pasará, pero que mereció la pena y que la vida sigue, como siguen las cosas que no tienen mucho sentido.


23 may 2016

No sé


“No sé” es la repuesta que os doy cuando en realidad sé a qué se debe cada emoción, de dónde sale cada sentimiento y que parte de mi cerebro se está activando y enviando impulsos eléctricos que hacen que mi corazón oxigene la sangre más de lo necesario y yo tenga que coger aire como si acabara de salir del agua.


“No sé” es mi forma de huir de la verdadera respuesta, la que implica que tenga que reconocer lo evidente y que, en consecuencia, tenga que actuar. Porque entonces esperan algo de ti y si no actúas te dicen cosas como: “el mundo no se hizo con no sé”.


Y así paso mi tiempo, entre un “no sé” que no es más que el duelo interno entre lo que debo hacer y lo que quiero hacer. Y como la razón siempre gobernó en mí, uso el “no sé” como forma para escapar de ti.



18 may 2016

¿Lo sabéis?


¿Vosotros sabéis lo que es no poder hacer algo por alguien porque estás lejos? Saber que una persona te necesita y tú no poder estar para abrazarla o para mirarla y decirle que “no pasa nada” o que “todo va ir bien”.

Ojalá nunca lo sepáis. No, no se sienten un cúmulo de cosas desagradables, te sientes vacío. Simplemente vacío. Y eso no da lugar a sentirte inútil, triste, impotente o desesperado; no, simplemente se crea un vacío dentro de ti que hace que te sientes y te hagas una pregunta:


¿Por qué me fui?